Durante generaciones, se ha dicho que el marisco debe consumirse solo en los meses que contienen la letra «R», es decir, de septiembre a abril. Pero, ¿es esto una regla fundamentada en razones científicas o un mito que se mantiene con el tiempo?
En este artículo analizaremos el origen de esta creencia, su validez en la actualidad y cómo factores como el transporte refrigerado han cambiado la forma en la que disfrutamos del marisco. También veremos qué especies mantienen su estacionalidad y cuáles están disponibles todo el año sin perder calidad.
El origen de la regla de los meses con «R»
La recomendación de evitar el marisco en los meses sin «R» (mayo, junio, julio y agosto) tiene su origen en varios factores, principalmente relacionados con la conservación, la reproducción de las especies y la calidad del producto.
La conservación antes de la refrigeración moderna
Antes de que existiera el transporte refrigerado y los sistemas de conservación avanzados, el marisco fresco era difícil de mantener en buen estado durante los meses más calurosos. En verano, las altas temperaturas aceleraban la descomposición, lo que aumentaba el riesgo de intoxicaciones alimentarias.
Para evitar problemas de salud, se popularizó la regla de los meses con «R», ya que en otoño, invierno y principios de primavera las temperaturas eran más bajas, reduciendo el deterioro del producto.
La reproducción y su impacto en la calidad
Otro factor que influye en la calidad del marisco es su ciclo biológico. Muchas especies entran en su época de reproducción durante los meses cálidos, lo que afecta su sabor y textura.
Cuando los mariscos están en fase de reproducción, su carne tiende a ser más blanda y menos sabrosa. Además, los periodos de veda se establecen en algunas especies para garantizar su regeneración, por lo que en determinados meses la pesca está restringida o prohibida.
¿Sigue siendo válida esta regla en la actualidad?
Hoy en día, la regla de los meses con «R» ha perdido relevancia en muchos casos, aunque sigue teniendo cierta base dependiendo del tipo de marisco y su origen.
Factores que han cambiado la estacionalidad del marisco
- Pesca sostenible y regulación: Se han establecido vedas y cuotas de pesca que garantizan que los mariscos lleguen al mercado en su mejor estado, sin comprometer su ciclo de vida.
- Acuicultura: Muchas especies de marisco, como los mejillones, las ostras y algunas gambas, se cultivan en criaderos, lo que permite obtener productos de calidad durante todo el año.
- Conservación y transporte refrigerado: La mejora en la cadena de frío ha permitido mantener la frescura del marisco sin importar la temporada.
El papel del transporte refrigerado en la calidad del marisco
Uno de los avances que ha permitido disfrutar de mariscos de calidad durante todo el año es el transporte refrigerado. Antes, la única forma de conservar el marisco fresco durante largos trayectos era mantenerlo vivo en tanques de agua de mar o venderlo rápidamente antes de que se estropeara.
Con los sistemas actuales de transporte refrigerado, el marisco puede viajar largas distancias sin perder sus propiedades. Gracias a estos avances:
- Se reduce la proliferación de bacterias.
- Se mantiene la textura y el sabor del producto.
- Se garantiza la seguridad alimentaria, evitando intoxicaciones.
Además, el transporte de marisco en condiciones controladas permite que especies capturadas en distintos puntos del mundo lleguen a los mercados en perfecto estado, lo que hace que su disponibilidad no dependa tanto de la estación del año.
¿Qué mariscos siguen teniendo estacionalidad?
A pesar de las mejoras en conservación y acuicultura, algunas especies de marisco siguen teniendo un periodo óptimo de consumo.
Mariscos recomendados en los meses con «R»
- Centollo (noviembre-marzo): En verano está en fase de muda, por lo que su carne es más acuosa.
- Buey de mar (septiembre-marzo): Su carne es más firme en invierno.
- Nécora (octubre-marzo): Fuera de estos meses su carne es menos sabrosa.
- Bogavante (septiembre-abril): En verano sufre la muda del caparazón.
Mariscos que se pueden consumir todo el año
- Mejillones: Gracias a la acuicultura, están siempre disponibles.
- Almejas: Se pueden encontrar frescas en cualquier época.
- Ostras: Aunque su calidad puede variar, están disponibles durante todo el año.
- Langostinos y gambas: Al ser criados en granjas, no tienen estacionalidad.
Consejos para elegir marisco de calidad
Más allá de la época del año, hay algunos consejos clave para asegurarse de comprar marisco fresco y de calidad:
- Revisar el olor: El marisco fresco debe oler a mar, nunca a amoníaco o a pescado en mal estado.
- Comprobar la textura: Si es un marisco con concha, debe estar bien cerrada o cerrarse al tocarlo.
- Origen del producto: Es recomendable verificar el etiquetado para saber si es salvaje o de criadero.
- Comprar en sitios de confianza: Pescaderías especializadas o supermercados con buena rotación garantizan productos más frescos.
- Observar el brillo y color: El marisco debe tener un color vivo y una apariencia saludable.
Conclusión: ¿deberíamos seguir la regla de los meses con «R»?
Hoy en día, esta norma no es una obligación, sino una referencia que puede ayudar a elegir algunos mariscos en su mejor momento. Sin embargo, gracias a la acuicultura, las regulaciones de pesca y el transporte de marisco, podemos disfrutar de estos productos con calidad óptima en cualquier época del año.
Lo más importante es conocer el origen del marisco, asegurarse de que ha sido conservado correctamente y seguir buenas prácticas al momento de comprarlo. Si se siguen estos pasos, no importa si estamos en enero o en agosto, siempre podremos disfrutar de un buen marisco en su mejor estado.